Live from Waterloo: Dark side

(En español más abajo)

I’m known for being a very respectful person in general, sometimes to a fault. I have dealt with lots of ungrateful or disrespectful people in my life, and I have always been very patient and even reluctant to confront them. Once I reached the breaking point, though… there was no return.

But I do have a sense of humour. And sometimes, I have to pass on really funny comments because I know they might be seen as disrespectful or offensive, even though I normally deliver them in a way that they don’t offend anybody. I normally like making jokes or doing silly things that will leave people wondering if I’m that stupid for real. I find that particularly funny when I do it in front of kids.

I’m also very good at keeping a straight face while I’m thinking of something I could have said that would be sarcastic, funny or just incredibly rude. This reminds me of a very old comic strip from my native Argentina (from the ‘50s) called “The other side of Dr. Merengue” –a loose translation– that would feature a very polite, well behaved and impeccably dressed gentleman with a very wild ‘alter ego’. I feel like that very often, and today was no exception.

Has this ever happened to you, when you had something very funny –or very rude– to say, but just couldn’t?

- Dad sent a telegram for our anniversary…
- Oh, how kind of him!
(- You old Scrooge!! You could have sent us a cheque!)

Se me conoce por ser una persona muy respetuosa en general, a veces demasiado. He lidiado con gente desagradecida e irrespetuosa en mi vida, y siempre he sido muy paciente y hasta reticente a confrontarlos. Una vez que llegué a un punto de quiebre, sin embargo… no hay vuelta.

Pero tengo sentido del humor. Y a veces, tengo que pasar y no hacer comentarios que me parecen graciosos porque pueden sentirse irrespetuosos u ofensivos, a pesar de que por lo general los hago en una forma en la que no ofendo a nadie. A mí me gusta hacer bromas o cosas tontas que dejen a la gente preguntándose si realmente soy tan estúpido. Me parece particularmente divertido hacerle estas cosas a los chiquitos y ver sus reacciones.

También soy muy bueno para mantener la ‘cara de piedra’ mientras pienso en algo que podría ser sarcástico, divertido o simplemente muy grosero. Eso me recuerda de una muy vieja historieta de mi nativa Argentina (de los ‘50s), llamada “El otro yo del Dr. Merengue”, donde el personaje era una persona muy atildada, educada e impecablemente vestida, pero que tenía un ‘alter ego’ muy salvaje. Me siento así muy seguido, y hoy tuve un par de esos momentos.

Les ha ocurrido esto a ustedes, eso de tener que callarse algo que es muy divertido –o grosero– solo por las dudas de no ofender al otro?