Friday, December 11, 2009

Embarrassing moments - #08

 

Embarrassing moments
 
CanadaI don't have a problem with blood. Really. Heck, I spend a lot of time at hospitals, it wouldn’t be too good to have a problem with blood! But I do have at least three embarrassing moments that are related to it. For example:

Many years ago, a friend of the family was about to have a delicate surgical procedure (a by-pass, if I remember correctly). Blood donors were needed, so I offered my 'services'. I was about 17 years old, in perfect health, and I didn't drink or smoke. I was a great candidate.

I went to the clinic along with my mother and quickly got set up for the donation, which was uneventful. I remember looking at the blood come out of my left arm and go through that plastic tube to end in what looked like a big, partially deflated pack of ketchup.

Once I was done, I was given some juice and a couple of cookies and I quickly got up. Too quickly. I took about ten steps and soon started to feel that my legs were giving, and it wasn't because of my weight! (I was very skinny back then). Stubborn as always, I still continued walking, while my mother had started to ask me if I was feeling OK.

I told her that I was fine (oh, that adolescent pride!) and soon we were on the street. The moment I got outside, the whole world started to twirl around me. With my mother now walking in front of me, I simply went down head first, like a tree...

People came to my rescue and quickly realized that I had been lucky enough to be unhurt. My mother, in the meantime, was... laughing her a** off! I don't know if it was because she was nervous or if she had found my fall extremely funny, but she just couldn't stop laughing.

More than 25 years have passed, and she still finds this story funny enough to be the very first thing she has to say about me whenever I introduce her to other people. At least my embarrassing moment was worth it: our friend had a successful surgery and is still doing well today. Oh, and he sent me a box of chocolates with a 'thank you' note.

I don't remember if I shared any with my mother. I hope I didn't! :-)

 
imageImage from NYFPP 
 
 
Argentina
No tengo problemas con la sangre. De verdad. Imaginen, paso mucho tiempo en hospitales, no sería muy bueno que ver sangre me afectara! Sin embargo, recuerdo al menos tres momentos en los que pasé vergüenza que están relacionados con la sangre. Por ejemplo:

Hace muchos años, un amigo de la familia tenía que someterse a una delicada operación (si recuerdo bien, era un by-pass). Se necesitaban donadores de sangre y yo ofrecí mis ‘servicios’. Tendría 17 años por entonces, con buena salud y no bebía ni fumaba. Era un muy buen candidato!

Fui a la clínica junto con mi madre y pronto me prepararon para la donación, que terminó sin inconvenientes. Recuerdo que yo miraba cómo la sangre salía de mi brazo y circulaba por ese tubito plástico para terminar en lo que lucía como un sachet de ketchup todo desinfladao.

Una vez que terminé, me dieron jugo y unas galletitas y enseguida me paré y me fui. Demasiado ‘enseguida’. Habré dado unos diez pasos y comencé a sentir que se me doblaban las piernas, y no era por mi peso (yo estaba muy flaco por entonces)! Siempre cabeza dura, seguí caminando, mientras mi madre ya me preguntaba si me sentía bien.

Le dije que estaba todo bien (oh, ese orgullo de adolescente!) y pronto salimos a la calle. En el momento que llegué afuera, el mundo entero comenzó a girar a mi alrededor. Con mi madre caminando en frente de mí, me fui para abajo de cabeza, como si fuera un árbol talado.

La gente comenzó a reunirse para atenderme y pronto todos nos dimos cuenta de que había sido un golpe con suerte, porque no tenía nada. Mi madre, mientras tanto, estaba muy ocupada… matándose de la risa! Ya sea porque estaba nerviosa o porque mi caída le había resultado muy divertida, el asunto es que no paraba de reírse.

Han pasado más de 25 años, y ella aún encuentra esta historia tan divertida que es por lo general lo primero que tiene que contar acerca de mí cada vez que le presento algún conocido o amigo. Al menos mi momento de vergüenza tuvo premio: nuestro amigo superó la operación sin problemas y continúa bien de salud. Ah, y me envió una caja de bombones de chocolate con una nota de agradecimiento.

No recuerdo si le convidé a mi mamá. Pero espero que no! :-)

 

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5 comments:

  1. Hasta tu mama te gasta! Ja, ja. Es amiga de jormig?
    Lo cierto es que el asunto no es tan avergonzante, mas de un "varon" a mordido el polvo despues de dasr sangre (yo incluido, je, je)
    Abrazo.

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  2. Jajaja ODIO cuando tu familia siempre cuenta cosas como esas de uno. Yo por ser siempre la más despistada y payasa me llevaba siempre ese tipo de comentarios. En cuanto a la sangre fuí a donar para mi suegro, entro me registro y cuando estoy por pasar la señora que registraba me mira y me dice (como para que la escuchen desde la otra cuadra) No, no nena (yo tenia 28) andá y comete unas milanesas, no podés donar sangre si pesas menos de 50 kilos (yo pesaba 44)Y ahi me fuí entre las risas de los presentes, sin haber podido donar y con una BRONCA, nadie me había dicho lo del peso!

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  3. Hay que ver por que se estaba riendo tu mamá, puede ser por ejemplo por la posición en que quedaste, a lo mejor se te corrió algún punto del pantalón, ...
    "Como un árbol talado" ... Faaaa, estás hecho un poeta.

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  4. ...no, no... quiso decir que quedo c..o pa´rriba al lado de un árbol... (tal´ado de un árbol)

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  5. I think it's pretty common and it must be a physical reaction to the fact that you have just given blood.

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