(En español más abajo)
Juan was cranky today (well, that’s unusual…); he said that he was tired of not being able to do anything. The thing is that last Wednesday he tore a ligament in his shoulder while playing rugby so he has not been able to do much, just go to school and that’s it. And it’s been four days, but kids today have less patience and get ‘tired’ of things faster, I guess…
Juan wanted to go to the mall, and while we were wondering what hidden plans he might have had (he’s sneaky like that), Florencia said that she would like to go as well. She was wearing some cute little shorts that she had bought there, so Gaby asked me if I could take her so she could buy another one because they happened to be on sale.
‘Sure’, I said, and to the mall we went.
While Juan was doing his own shopping, I took Flor to that store and we started to look for the shorts she wanted. I found, amused, that she has a very specific taste, and there was no way I was going to push anything I liked and make her buy it. She definitely knew what she was looking for! She picked a couple of shorts and a shirt or two and she went to try them on.
She came out wearing those shorts and a nice shirt (that yes, I picked for her!) and I just stood there, amazed. She looked just gorgeous. But you know what? She looked like a gorgeous teenager. Half jokingly, I asked her if she didn’t think those shorts were too tight, so then she got in front of the mirror… and stroke a pose. And then she stood like this. And then like this. She looked like a friggin’ supermodel.
And that was it finally hit me. My daugther, the youngest member of the Almada-Vera family, has turned into a beautiful young woman. And it has happened before my eyes. There are so many things going through my head right now: on one hand, I’m still in awe about how stunningly beautiful she is, and what a great kid I am lucky to call my daughter. On the other hand, she has grown up… I don’t have a baby anymore. Not even a kid. I have four children and they are all way into double digits right now. It’s likely going to take less time between now and when I have grandchildren than going back from today to the time when Florencia was a toddler.
Don’t get me wrong, I’m enjoying these days too. There is always good stuff about having kids ages 21 to 12. There are a lot of other challenges as well. It’s still a bumpy road.
But today was different. Today I saw my youngest as a young woman for the first time. It made me proud, and it made me sad at she same time. It made me think about the wonderful things that the future has in store for her, but it also made me think about my own future. There is a little less ‘future’ for me with every new day.
Bah. A Sunday afternoon rant. It had been a while.
Juan andaba malhumrado hoy (oh, qué sorpresa…); dijo que era porque estaba ‘cansado’ de no poder hacer nada. El asunto es que el miércoles pasado de lastimó los ligamentos del hombro jugando al rugby así que ha estado un poco inmovilizado, sólo habilitado para ir a la escuela. Han sido sólo cuatro días, pero bueno, los chicos hoy en día tienen menos paciencia y se ‘cansan’ más rápidamente, parece…
Juan quería ir al shopping, y mientras yo me preguntaba qué planes ocultos tendría el tipo (el es así de escondedor), Florencia dijo que a ella le gustaría ir también. Tenía puestos unos shortcitos muy lindos que había comprado ahí, así que Gaby me preguntó si la llevaría para que se comprara otro u otros porque estaban de oferta.
‘Seguro’, dije, y salimos para el mall.
Mientras Juan compraba sus cosas, llevé a Flor a ese negocio y comenzamos a mirar los shorts que quería. Me divirtió comprobar que ella tiene un gusto muy específico, y no había forma de que le impusiera comprar algo que no le gustara. Definitivamente sabía lo que estaba buscando! Eligió un par de shorts y una remera o dos y se las fue a probar.
Salió del probador con uno de esos shorts y una remera muy linda (que sí, yo elegí para ella!) y yo me la quedé mirando, maravillado. Es que estaba preciosa. Pero saben qué? Lucía como una hermosa adolescente. Medio en broma, le pregunté si no le parecía que esos shorts no eran muy ajustados, así que se fue a mirar en el espejo… y posó como modelo. Y luego se paró así. Y luego, así. Parecía una supermodelo, la verdad.
Y ahí fue que finalmente caí. Mi hija, la más chiquita integrante de los Almada-Vera, se ha transformado en una hermosa pequeña mujer. Y ha pasado en frente de mis ojos. Hay tantas cosas que me pasan por la cabeza… por un lado, sigo embelesado, contemplando su hermosura, y pensando en la suerte que tengo de llamar mi hija a una chiquita tan maravillosa. Por otro lado, ella ya ha crecido… Ya no tengo un bebé. Ni siquiera una niña. Tengo cuatro hijos y ya todos están en los dobles dígitos en cuanto a la edad. A esta altura me quedan menos años para convertirme en abuelo, que los que hay para atrás hasta la época en que Florencia recién comenzaba a caminar.
No me malentiendan, también disfruto de estos días. Siempre hay cosas buenas con estos chicos de edades que van de 21 a 12. También hay otros desafíos y otros problemas. Todavía es un camino sinuoso y con algún que otro bache.
Pero hoy fue diferente. Hoy ví a mi hija más pequeña como una mujer por primera vez. Me puso orgulloso, pero también me entristeció (o al menos me dió nostalgia) al mismo tiempo. Me hizo pensar acerca de las maravillosas cosas que el futuro tiene reservado para ella, pero también me hizo pensar en mi propio futuro. Cada vez me queda menos ‘futuro’, eso fue lo que pensé.
En fin… pensamientos de un domingo por la tarde. Hacía tiempo que no tenía un día de estos…
She is indeed lovely. You have many reasons to be proud. My "baby" is nine and I understand that feeling of them growing up too fast.
ReplyDeleteTraci