Live from Waterloo: Silly Monkey Stories #255

(En español más abajo)

19/May/2014 – Florencia (10)

We just came back from a six-day trip to Virginia, where we went to attend my niece Valeria’s graduation. We stayed at a hotel, and when we got there we found out that the room we had paid for was not available. The people at the hotel apologized and even reimbursed us (how about that!), giving us a smaller room in the meantime. This meant that Juan and Santi stayed at their uncle’s place, while the girls stayed with Gaby and I.

Flor and Caro shared a bed, and Carolina complained every day about the countless times she had been kicked by her sister in her sleep. We know Florencia has that habit, and it’s not that bad, so Caro’s complains were more about teasing her little sister than anything else. On Sunday night, as we were on our way back home, we stayed at another hotel, and the sleeping arrangements had to change: Me and Juan slept in one bed, while Caro, Gaby and Flor took the other one.

Last night, and as we were getting ready to go to bed, Flor came to hug us and asked her mom, very innocently:

- Mommy, did I kick you all the time when we were sleeping together last night?

- Actually, no, I don’t think you did this time…

- (Instant smile) Can I have a sleep over with you guys tonight, then?

No doubts, she’s a smart one. I cannot believe we actually said ‘no’ to that. We must have been really tired!

19/May/2014 – Florencia (10)

Acabamos de volver de un viaje de seis días a Virginia, donde fuimos para la graduación de mi sobrina Valeria. Nos quedamos en un hotel, y cuando llegamos descubrimos que la habitación que habíamos pagado no estaba lista. La gente del hotel se disculpó y hasta nos reembolsaron (qué tal!), dándonos una habitación más chica mientras tanto. Esto significó que Santi y Juan se quedaran en lo de sus tíos, mientras las chicas durmieron con Gaby y yo.

Flor y Caro compartieron cama, y Carolina se quejó todos los días de las numerosas patadas que recibía de su hermana mientras dormían. Sabemos que Florencia tiene ese hábito, pero no es tan malo, así que las quejas de Caro eran más que nada una broma hacia su hermana. El domingo a la noche, y ya camino de vuelta a casa, nos quedamos en otro hotel y los arreglos para dormir tuvieron que cambiar: Juan y yo dormimos en una cama, y Carolina, Gaby y Flor tomaron la otra.

Anoche, y cuando nos preparábamos para ir a la cama, Flor vino a abrazarnos y le preguntó a su madre muy inocentemente:

- Mami, te pateé mucho anoche cuando tuvimos que dormir juntas?

- Sábés que no? Me parece que esta vez nos diste ninguna patadita…

- (Sonrisa compradora instantánea) Entonces puedo dormir con ustedes esta noche?

Qué cararrota… No puedo creer que le hayamos dicho que ‘no’ con semejante estrategia. Debemos haber estado realmente cansados!