(En español más abajo)
Embarrassing moments
I am a big guy, so I'm of course very self conscious about my appearance. There's a lot of things I don't do because I know I can't anymore, and other things that I won't do just to avoid embarrassment. Among those things, we should include 'going on a roller coaster'.
We all went to Canada Wonderland, a big amusement park outside of Toronto a few weeks ago. Since we knew we were going in two cars, we invited Florencia's best friend Alejandro. Unfortunately, Flor caught a fever the night before, and was feeling so miserable that she asked to stay home that day. I volunteered to stay with her since I should not go on a roller coaster.
By 1 PM Flor was feeling much better, so I asked her if she wanted to give it a shot and joint the rest at the park. She said yes so away we went. Gaby was very happy to see us there, and Alejandro was just elated.
Knowing that I wasn't going to able to go on any rides (either due to my size or my high blood pressure), I got ready for a day of lots of walking and little rest. I was lucky to go into the pool for about an hour, but that was it. Later in the evening, the big guys went for the biggest roller coaster (Leviathan) while Flor and Alejandro went to the younger kids section. Since Gaby was taking back packs and towels to the car, I went along with them and asked them which ride they wanted to go on first. "The roller coaster", they said.
Somehow I decided that it would be a good idea to join them, since it wasn't a big one; we lined up, and we were lucky enough to get to sit at the very front of the train. I was in the first row (by myself) and the kids right behind me.
That's when the problem started. It was a kid's ride, so... I wouldn't fit on the seat. I tried to get my butt in there and I heard a crack: I had just broken my Blackberry case, which I had forgotten to remove. I put it away, embarrassed, and somehow I got in there. But then they tried to lowered the seat belt...
They hit and hit my belly until it started to hurt. I would hold my breath (as if that would have helped), but there was no way they could fasten it. I realized that there was a lot of people looking at me and waiting so they could get on the ride, so I simply got off my seat and wave at the kids wishing them to enjoy.
There is no way I'm coming back to that place anytime soon.
We all went to Canada Wonderland, a big amusement park outside of Toronto a few weeks ago. Since we knew we were going in two cars, we invited Florencia's best friend Alejandro. Unfortunately, Flor caught a fever the night before, and was feeling so miserable that she asked to stay home that day. I volunteered to stay with her since I should not go on a roller coaster.
By 1 PM Flor was feeling much better, so I asked her if she wanted to give it a shot and joint the rest at the park. She said yes so away we went. Gaby was very happy to see us there, and Alejandro was just elated.
Knowing that I wasn't going to able to go on any rides (either due to my size or my high blood pressure), I got ready for a day of lots of walking and little rest. I was lucky to go into the pool for about an hour, but that was it. Later in the evening, the big guys went for the biggest roller coaster (Leviathan) while Flor and Alejandro went to the younger kids section. Since Gaby was taking back packs and towels to the car, I went along with them and asked them which ride they wanted to go on first. "The roller coaster", they said.
Somehow I decided that it would be a good idea to join them, since it wasn't a big one; we lined up, and we were lucky enough to get to sit at the very front of the train. I was in the first row (by myself) and the kids right behind me.
That's when the problem started. It was a kid's ride, so... I wouldn't fit on the seat. I tried to get my butt in there and I heard a crack: I had just broken my Blackberry case, which I had forgotten to remove. I put it away, embarrassed, and somehow I got in there. But then they tried to lowered the seat belt...
They hit and hit my belly until it started to hurt. I would hold my breath (as if that would have helped), but there was no way they could fasten it. I realized that there was a lot of people looking at me and waiting so they could get on the ride, so I simply got off my seat and wave at the kids wishing them to enjoy.
There is no way I'm coming back to that place anytime soon.
No soy justamente un tipo chiquito, y soy muy consciente sobre mi apariencia. Hay muchas cosas que ya no hago porque sé que no puedo, y otras que no hago porque no quiero quedar en ridículo. Entre estas cosas podríamos nombrar 'subirme a una montaña rusa'.
Fuimos a Canada Wonderland, un gran parque de diversiones al norte de Toronto, hace unas semanas. Como sabíamos que íbamos a ir en dos autos, invitamos al mejor amigo de Flor, Alejandro. Desafortunadamente, Flor levantó temperatura la noche anterior, y se sentía tan mal que pidió quedarse en casa, imagínense. Yo me ofrecí como voluntario a quedarme con ella porque, sabemos, no se supone que me suba a una montaña rusa.
Para eso de la 1 PM Florcita se sentía mucho mejor, así que le pregunté si quería intentar ir al parque. Me dijo que sí, así que salimos para allí. Gaby se puso muy contenta de vernos y Alejandro estaba feliz de la vida.
Sabiendo que no iba a poder meterme en ninguna de las atracciones (ya fuera por mi tamaño o mi presión alta), me preparé para un largo día de muchas caminatas y poco descanso. Tuve la suerte de poder ir a la pileta por una hora, pero eso fue todo. Más tarde, los chicos más grandes se fueron a la montaña rusa más grande (Leviathan) mientras que Flor y Alejandro se marcharon para la sección de juegos para chicos más chiquitos. Gaby aprovechó para ir a llevar las mochilas y toallas al auto, así que yo me fui acompañando a los más chicos y les pregunté dónde querían ir primero. "La montaña rusa", respondieron.
Por algún misterioso motivo, decidí que sería una buena idea ir con ellos, ya que no era tan grande; hicimos la fila y tuvimos la suerte de que nos tocara el frente del trencito. Me senté en la primera fila (solo), con los chicos detrás de mí.
Ahí empezó el problema. Era una montaña rusa para chicos, así que... no cabía en el asiento. Hice fuerza para meter mi trasero allí y escuché un crack: acababa de romper mi porta Blackberry, que me había olvidado de sacar. Lo puse en el piso a mi lado, avergonzado, y de alguna manera me pude sentar. Entonces trataron de bajarme el arnés de seguridad...
Le dieron y dieron, golpeándome en la barriga hasta que empezó a doler. Yo aguantaba la respiración (como si fuera a ayudar!), pero no había forma de que lo ajustaran. Pronto caí en la cuenta de que no sólo había mucha gente mirándome sino que había otros tantos que estaban esperando a que terminara la agonía para así poder disfrutar del juego, así que me bajé de mi asiento y saludé a los chicos deseándoles que se divirtieran.
No pienso volver a ese lugar por un largo tiempo.
Fuimos a Canada Wonderland, un gran parque de diversiones al norte de Toronto, hace unas semanas. Como sabíamos que íbamos a ir en dos autos, invitamos al mejor amigo de Flor, Alejandro. Desafortunadamente, Flor levantó temperatura la noche anterior, y se sentía tan mal que pidió quedarse en casa, imagínense. Yo me ofrecí como voluntario a quedarme con ella porque, sabemos, no se supone que me suba a una montaña rusa.
Para eso de la 1 PM Florcita se sentía mucho mejor, así que le pregunté si quería intentar ir al parque. Me dijo que sí, así que salimos para allí. Gaby se puso muy contenta de vernos y Alejandro estaba feliz de la vida.
Sabiendo que no iba a poder meterme en ninguna de las atracciones (ya fuera por mi tamaño o mi presión alta), me preparé para un largo día de muchas caminatas y poco descanso. Tuve la suerte de poder ir a la pileta por una hora, pero eso fue todo. Más tarde, los chicos más grandes se fueron a la montaña rusa más grande (Leviathan) mientras que Flor y Alejandro se marcharon para la sección de juegos para chicos más chiquitos. Gaby aprovechó para ir a llevar las mochilas y toallas al auto, así que yo me fui acompañando a los más chicos y les pregunté dónde querían ir primero. "La montaña rusa", respondieron.
Por algún misterioso motivo, decidí que sería una buena idea ir con ellos, ya que no era tan grande; hicimos la fila y tuvimos la suerte de que nos tocara el frente del trencito. Me senté en la primera fila (solo), con los chicos detrás de mí.
Ahí empezó el problema. Era una montaña rusa para chicos, así que... no cabía en el asiento. Hice fuerza para meter mi trasero allí y escuché un crack: acababa de romper mi porta Blackberry, que me había olvidado de sacar. Lo puse en el piso a mi lado, avergonzado, y de alguna manera me pude sentar. Entonces trataron de bajarme el arnés de seguridad...
Le dieron y dieron, golpeándome en la barriga hasta que empezó a doler. Yo aguantaba la respiración (como si fuera a ayudar!), pero no había forma de que lo ajustaran. Pronto caí en la cuenta de que no sólo había mucha gente mirándome sino que había otros tantos que estaban esperando a que terminara la agonía para así poder disfrutar del juego, así que me bajé de mi asiento y saludé a los chicos deseándoles que se divirtieran.
No pienso volver a ese lugar por un largo tiempo.
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Yo que vos les hago juicio...
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