Silly Monkey Stories #191 – Hear this

(En español más abajo)

 

 

12/Apr/2012 – Florencia (8)

 

Florencia was sick this past week. She got an ear infection, so she was in a lot of pain, as you can imagine. She came back from the clinic shaking like a leaf. Like her mother, being sick scares here a lot.

 

I did what I do best: I comforted her. I was lying on my couch, still recovering from my groin injury -I've been in a lot of pain for over two weeks now-, so I asked her to come and lay on top of my belly ‘like when you were a baby'.

 

- No, I can’t, my ear hurts so much!!!

- Then lay on top of my belly, but looking the other way. I will cure you in no time, you’ll see…

 

She comes over and carefully climbs up my belly (which I won’t say it’s the Everest, but maybe the K2 for her).

 

- Hey, stop crying!! You’re getting my shirt all wet!! This is not a booger,i is it?

 

I got a smile from her. That was good. My method worked, of course: a couple of minutes later, not only she had stopped shaking but she was also asleep.

 

Florencia stayed home the following morning. I told her she could sleep in my bed, and that I was going to be working in bed all day just to be with her. She woke up, hugged me and asked me if she could go get some cereal. “It’s OK”, I said, “but you’re not going to eat those Fruit Loops in bed, are you? If Mom finds a single one, I’m toast!”

 

Of course she did, and then she fell asleep again. About half an hour later, and as I was very busy with my stuff, she woke up, turned around, grabbed my right arm and curled around it, while saying:

 

- You’re the best Daddy in the whole world…

 

Then she went back to sleeping. I spent about 10 minutes just watching her in awe. She had just made my day.

 

That night, when Gaby went to bed, she found a green Fruit Loop under the pillow. And yes, I got in trouble.

 

 

12/Apr/2012 – Florencia (8)

 

Florencia estuvo enferma la semana pasada. Tuvo una infección del oído, algo que es dolorosísimo, como pueden imaginar. Volvió de la clínica temblando como una hoja. Como su madre, se asusta mucho cuando se enferma.

 

Yo hice lo que sé hacer: la conforté. Estaba tirado en el sillón, aún recuperándome de un tirón en mi ingle –me he pasado los últimos 15 días con un dolor muy intenso-, así que le dije que viniera y se tirara arriba de mi estómago ‘como cuando eras bebita’.

 

- No puedo, mi oído me duele mucho!!!

- Entonces acostate en mi panza, pero mirando para el otro lado. Te voy a curar enseguida, vas a ver…

 

Ella viene y cuidadosamente se trepa a mi barriga (no diré que fue el Everest para ella, pero sí al menos el K2).

 

- Hey, basta de llorar!!! Me estás mojando toda la remera!! Esto no serán mocos, no?

 

Le arranqué una sonrisa. Eso fue buena señal. Mi método funcionó, por supuesto: un par de minutos más tarde, no sólo había dejado de temblar, sino que también se había quedado profundamente dormida.

 

Florencia se quedó en casa al otro día. Yo le dije que podía dormir en mi cama, y que yo iba a trabajar en mi cama todo el día para estar con ella. Flor se despertó, me abrazó y me preguntó si podía comer cereales. “Está bien”, dije, “pero no pensarás comer los Fruit Loops en la cama, no? Si tu mamá encuentra uno, me revienta!”

 

Por supuesto que los comió, tras lo cual se durmió otra vez. Una media hora más tarde, y mientras yo estaba muy concentrado en lo mío, se dio vuelta, se enroscó alrededor de mi brazo derecho y me dijo bajito:

 

- Sos el mejor Papi de todo el mundo…

 

Y siguió durmiendo. Yo me quedé como 10 minutos mirándola, embelesado. Qué mejor forma de empezar el día…

 

Esa noche, cuando Gaby fue a acostarse, se encontró un Fruit Loop verde debajo de la almohada. Y sí, me metí en problemas.

 

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