Twitterfied

(En español más abajo)

 

Not long ago, I was just killing some time on my computer when I stumbled upon a message sent to my Twitter account by one of Santi’s friends (from the group that went to Nicaragua in March). To my surprise, Santi was mentioned too, but that was a completely different Twitter account from the one I knew of.

 

Curious, I immediately went there, and I finally found a typical teenager’s Twitter account. LOTS of quick posts, talking about everything and nothing at the same time, shouts and RT’s to some of his friends, his own contributions to the daily trends, etc. There were over 2,000 tweets in there, and I had never seen any of them before!

 

You know what I think about Facebook, Twitter et al: they’re nothing but tools to show how shallow we are and how much easier is for us to tell the whole world about something, instead of the two or three people who could actually care. They are also a great tool for us parents: we can ‘stalk’ our own children, see who their friends are and what do they say, and what our kids’ interests are. All that without having to go through the gruelling task of spending some time with them and listen!

 

I spent who knows how much time going through every single tweet sent by Santi since Oct/2010, and the results were very upsetting. I immediately told him to come, and I gave him ‘the look’:

 

- (Whiny teenage mode ON) What??!! What have I done now?

- (Wearing a virtual robe and slippers and smoking a virtual pipe) Son, I need to talk to you. I found your ‘other’ Twitter account.

- (Whiny teenage mode OFF, “I’m in deep sh*t” face ON)

- (Still solemn) I went through every single one of your tweets, and I have to say, I’m very disappointed in you.

- (Timid) But Dad… everybody swears and writes bad taste jokes on Twitter!

- I know that… I do too sometimes. That’s not what upset me.

- Then what is it??

- You know… I saw many posts in which you talked about your friends, many in which you talked about soccer, school…

- …

- Never once, NEVER ONCE, you mentioned me or your mom. There were no ‘I hate my mother’ or ‘OMFG, my dad is an effin’ moron’. Nothing!

- (You should have seen his face at this point)

- Everybody, EVERY KID I KNOW, fills their Twitter and Facebook accounts with phrases like those! They ALL hate their parents and consider them dumber than a doorknob. So…

- So?

- What are we doing wrong, son? Why don’t you hate us? You’re sixteen! How can be possible that you have nothing terrible to say about me or your mother??!!

 

This was the moment when Santi realized that not only he wasn’t in trouble at all, but that I was very pleased with what I had seen… He smiled evilly and then he sent a devastating blow to my ego:

 

- Dad… I’m not stupid. I know you… it was only a matter of time until you found this account… I’m not going to put anything incriminating in there!

 

I left the room in silence. Once again, the student had defeated the teacher.

 

 

No hace mucho, andaba perdiendo el tiempo con mi compu cuando me encontré un mensaje enviado a mi cuenta de Twitter por una amiga de Santi (del grupo que viajó a Nicaragua en Marzo). Para mi sorpresa, Santi estaba mencionado también, pero con una cuenta de Twitter completamente diferente de la que yo conocía.

 

Curioso, me fui derechito a verlo, y finalmente me encontré con la cuenta de un típico adolescente. Toneladas de posts cortitos, hablando de todo y de nada al mismo tiempo, mensajes or RT’s a sus amigos, sus propias contribuciones al tópico del día, etc. Había más de 2,000 tweets allí, y yo no los había visto nunca!

 

Ya saben qué pienso de Facebook, Twitter y todos esos: no son más que herramientas que nos permiten mostrar al mundo cuán superficiales somos y cuánto más fácil es para nosotros anunciar algo banal a todo el mundo, en lugar de a las dos o tres personas a las que le podría interesar. También es una herramienta de utilidad para los padres: podemos ‘acosar’ a nuestros chicos, ver con quiénes se juntan y qué dicen, o qué cosas les interesa. Todo eso sin tener que hacer el esfuerzo de escucharlos!

 

Pasé un montón de tiempo revisando cada tweet enviado por Santi desde Oct/2010, y los resultados fueron muy perturbadores. Inmediatamente lo llamé y le dije que viniera, y cuando lo hizo lo miré con expresión severa:

 

- (Modo adolescente quejoso ON) Qué??!! Qué hice ahora?

- (Imagínenme de bata y pantuflas y fumando una pipa) Hijo, necesitamos hablar. Encontré tu ‘otra’ cuenta de Twitter.

- (Modo adolescente quejoso OFF, cara “Estoy hasta el cogote” ON)

- (Aún solemne) He revisado cada uno de tus tweets, y tengo que decirte, estoy muy decepcionado con vos.

- (Tímidamente) Pero Pa… todos ponen malas palabras y hacen bromas de mal gusto en Twitter!

- Ya sé… yo mismo lo hago. Pero eso no es lo que me ha decepcionado tanto.

- Entonces qué es??

- Sabés qué pasa… vi muchos posts en los que hablás de tus amigos, muchos otros en los que hablás sobre fútbol, la escuela…

- …

- Ni una vez, NI UNA, nos mencionás a mí o a tu madre. Ningún ‘Cómo odio a mi madre’, ningún ‘OMFG, my papá es un tremendo idiota’. Nada!

- (Deberían haberle visto la cara en este momento)

- Todos, TODOS LOS CHICOS QUE CONOZCO, llenan sus cuentas de Twitter o Facebook con frases como esas! TODOS odian a sus padres y los consideran unos imbéciles. Así que…

- ‘Así que’ qué?

- En qué nos estamos equivocando, hijo? Por qué no nos odiás? Tenés 16 años! Cómo puede ser posible que no tengas nada terrible que decir ya sea de tu madre o de mí??!!

 

Ese fue el momento en que Santi descubrió que no sólo no estaba en problemas, sino que además yo estaba muy contento con lo que había visto. Me sonrió con malicia y luego le asestó un golpe devastador a mi ego:

 

- Pa… No soy estúpido. Te conozco… era cuestión de tiempo hasta que encontraras esta cuenta… No voy a ser tan bobo como para poner algo que me incrimine aquí!

 

Me fui de la habitación en silencio, humillado. Nuevamente, el estudiante había derrotado al maestro.

 

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