Though that must have been a bummer for her, it was pure gain for us her grandchildren, because we would be the sole beneficiaries of all the good stuff she could cook and bake. Her 'American doughnuts' (like we used to call them), were just incredibly delicious; I once mentioned how happy I was when I discovered that Tim Hortons' old fashioned plain donuts taste just like the ones my grandmother used to bake. Those are flavours that you would have thought they would be gone forever after her passing, so imagine my emotion when I found out that I could still have something that reminded me of her. Her awesome '8-shaped', anise-flavoured cookies are gone, however, because I don't think she left any recipes around.
She used to go to a bakery about five blocks away from her house, 'La Central', to buy her ingredients. I would go with her often, as I normally spent a lot of time at my grandparent's place. Every now and then, she would buy me a few cookies made of corn starch (we identify corn starch by its most recognized brand name, 'Maizena'), which were really tasty. A hundred grams of 'Maizena cookies' (normally used for alfajores like you can see in the picture), were more than enough for my -at least then- small belly.
I don't remember how long after I started getting these treats, I was walking around downtown with my cousin when we just happened to walk by 'La Central'. He said “let's go in” and I followed him. As if it was the most common thing in the universe, he asked the clerk for 100 grams of Maizena cookies and he charged them to my grandma's account! Let's be honest, we are talking about a very small amount of money (really), so it was obvious that he had been able to get away with it until then. I was flabbergasted! But the cookies were so damn good... We were probably eight or nine years old, so I would say we weren’t totally aware of what we were doing.
But for years after that first experience, I would go to 'La Central' occasionally (I wasn't living in Necochea anymore, so I wouldn't get too many chances) and 'buy' 50 of 100 grams of those delicious cookies, charging them to my grandma's account (who of course was fully aware of my actions). It became more of a tradition as the years went by, to the point that I would 'buy' them, and then go over my grandmother's and eat them with her, not before I gave her the money! :-)
I might be going to Necochea next week, and I wonder if 'La Central' is still there... What better tribute to my grandmother and her extraordinary cooking abilities than buying some of those cookies and eating them in her honour?
Source: masitascatering.blogspot.com
Tal vez esto fue una decepción para ella, pero fue ganancia pura para nosotros, sus nietos, porque no teníamos que 'compartirla' con nadie. Sus 'roscas americanas' (así las llamábamos) eran increíblemente deliciosas; alguna vez mencioné por ahí lo feliz que me puse cuando descubrí que las donuts 'old fashioned plain' de Tim Hortons tienen casi el mismo gusto que las que hacía mi abuela. Pensé que esos sabores si irían a perder para siempre una vez que ella no estuvo más, así que imaginen mi emoción cuando descubrí que todavía podía comer algo que me recordara a ella. Sus espectaculares bizcochos de anís con forma de 'ochos' lamentablemente se han ido con ella, porque no creo que haya dejado alguna receta por ahí...
La abuela solía ir a una panadería a unas cinco cuadras de su casa, 'La Central', a comprar pan y algunos ingredientes que precisara (era medio amiga de la dueña, creo). A veces yo iba con ella, porque pasaba mucho tiempo en casa de mis abuelos. De vez en cuando, me compraba unas galletitas hechas con almidón de maíz (nosotros lo conocemos por su marca más famosa, Maizena), que estaban realmente muy buenas. Unos 100 gramos de 'galletitas de Maizena' (normalmente usadas para hacer alfajores como los de la foto), eran más que suficientes para mi -aún- pequeño estómago.
No recuerdo cuánto tiempo después de que yo comenzara a recibir esos regalos, andaba caminando con mi primo por el centro de Necochea, cuando pasamos por la puerta de 'La Central'. El dijo 'entremos' y yo, obediente, lo seguí. Allí, y como si fuera una cosa de todos los días, mi primo pidió 100 gramos de galletitas de Maizena y las puso en la cuenta de mi abuela! Seamos honestos, estamos hablando de una cantidad de dinero muy pequeña, lo que me dio la pauta de que probablemente había venido saliéndose con la suya por un tiempo. Estaba sorprendidísimo! Pero las galletitas estaban tan buenas... Tendríamos ocho, nueve años, así que me atrevería a decir que no teníamos idea de lo que estábamos haciendo.
Pero por años y a partir de esa primera experiencia, yo volvería a pasar por 'La Central' muy de vez en cuando (porque yo ya no vivía en Necochea) a 'comprar' 50 ó 100 gramos de esas galletitas tan ricas, poniéndolas en la cuenta de mi abuela (que por supuesto ya estaba completamente al tanto de mi accionar, pero se hacía la tonta). Se hizo más una tradición que otra cosa a medida de que pasaron los años, al punto de que yo iba, las 'compraba', luego iba a lo de mi abuela y las comía con ella, no sin antes darle el dinero! :-)
Tal vez vaya a Necochea la semana que viene, y me pregunto si 'La Central' aún existe... Qué mejor tributo a mi abuela Haydeé y su extraordinaria habilidad culinaria que ir y comprar 100 gr de esas galletitas para comerlas en su honor?
Que rico Gabriel!
ReplyDeleteEspero que todavía exista y puedas comer unas ricas galletitas!
Abrazo,
This story that you shared put a smile on my face. Some of the best memories that I have of my mom and grandparents involve food, too.
ReplyDeleteIf you have time for a meet-up while you're in Neco, just let me know! Enjoy your visit with your family.
Hugs,
Katie
Gracias, Lorena!
ReplyDeleteKatie, thanks! I'm not sure if I will have time to go to Necochea (I will be there for such a short time!), but if I do, I will let you know for sure!