We accepted the challenge first and then started to think how in the world we were going to come up with a minimum of 11 'players', all of whom would have to meet a requirement: having been in the presence of a soccer ball at least once, such was our quality as soccer players in general.
We rented a full field at the 'Escuela Cruz' (a soccer park that I assume must have closed already) and there we went, careless, with a preparation that was insufficient even for our own (and low) standards.
They ran over us, of course. To make things even worse, we missed a couple of those goals that would make everybody think that we were doing in on purpose. Few -very few- were safe from such a terrible performance; our presence on the pitch seemed to be destined for the cordobeses to have a 'soccer with obstacles practice'...
We left angry, because though we might not have had any soccer skills, but we did have pride, so we asked for a rematch. But this time we planned it very carefully: the 'local' members of our group of friends went out and sought backup players... from the local Soccer League, whose names we quickly learned in order to show some familiarity. We assigned roles the best we could, and some of us accepted with pride the fact that we were going to be warming the bench...
With the help of these semi-professional backup players, we beat our foes with authority, and some of us even rose to the occasion and put on an impressive display (like Andrés, who scored two goals). The poor cordobeses, not knowing that they had been tricked, stayed on the field for a while, shaking their heads in disbelief.
Once they regained composure, they demanded that we played a third and final game in order to establish the overall winner, something that we made sure would never happen...
The guy in the white shirt (long sleeves) below me is Pablo Dialeva,
one of the best soccer players Necochea has produced
El de remera blanca manga larga debajo de mí es Pablo Dialeva,
uno de los mejores futbolistas que haya producido Necochea
Como corresponde, primero aceptamos el desafío y luego nos pusimos a pensar de dónde íbamos a sacar un mínimo de 11 'jugadores' que aunque sea hubiesen estado en la misma habitación en la que había una pelota de fútbol, tal era la calidad técnica que ostentábamos...
Conseguimos alquilar una cancha en la Escuela Cruz (un predio que calculo ya habrá cerrado) y allí fuimos, inconscientes, con una preparación que era insuficiente hasta para nuestros propios (y bajos) estándares.
Nos pasaron por encima, por supuesto. Nosotros, para peor, nos 'comimos' un par de esos goles que si los llegaran a repetir por la TV, entraban. Muy pocos -poquísimos- se salvaron del incendio; nuestra presencia en la cancha parecía haber estado destinada a que los cordobeses tuvieran una práctica de 'fútbol con obstáculos'...
Nos quedamos con la sangre en el ojo, porque si bien habilidad no teníamos, el orgullo abundaba, y exigimos revancha. Claro que esta vez lo planeamos de otra forma: los amigos 'locales' salieron a buscar refuerzos y se trajeron a un par de jugadores de la liga local de fútbol, cuyos nombres nos ocupamos de aprender para mostrar familiaridad. Asignamos los roles de mejor manera, y algunos asumimos con hidalguía la ignominia de integrar el banco de suplentes.
Con la ayuda de los refuerzos cuasi-profesionales los derrotamos categóricamente, y algunos de nosotros hasta estuvimos a la altura de las circunstancias (como Andrés, autor de dos goles). Los pobres cordobeses, ignorantes de que habían sido trampeados, se quedaron allí por un largo rato.
Cuando ganaron la compostura, reclamaron un tercer partido de desempate, el que por supuesto nos ocupamos muy bien de que nunca se jugara, al menos no con los mismos integrantes...
I think I know some of those guys... especially the one who invited the local players....
ReplyDeletePienso que conozco a algunos de los muchachos... especialmente a quien llevó a los jugadores locales... buena foto, se reconocen???
Se quedaron calentitos, se quedaron
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