(En español más abajo)
17/Nov/2010 – Florencia (7)
I have written many times about this game me and Flor have been playing for years, in which I will chase her and tickle her if she says the word 'perro' (dog) or any synonyms (puppy,mutt,etc.), no matter in which language she says that word.
Being the smart girl she is, I have 'won' very few times, in spite of the many ways I have tried to make her fall for it. She makes me feel like Wile E. Coyote every time I come up with my elaborate plans and she realizes what I'm trying to do two seconds into it...
But on this particular day, she found herself with no way out. The book she had brought from school for her home reading assignment, had the word 'dog' not only in the title, but also several times in the story.
One by one, Gaby and the kids passed on being the person Flor would read the book to. Mortified, my daughter realized that they were setting her up so she would read the book to me! And that's what she had to do.
She made me promise I wouldn't tickle her, because 'she had to say the word because it is a school thing'. I solemnly announced that she could trust me; I would never do something like that to her...
Unlike other times, Florencia would try as hard as she could to keep on reading, even while I was 'attacking' her...I couldn't understand why for a few minutes, until it dawned on me.
She was trying to get away with as many 'dogs' as possible for each time I tickled her!!! The faster she read, the less times I could go for it...
She's 10 times smarter than me, what can I say.
17/Nov/2010 – Florencia (7)
Ya he escrito varias veces sobre ese juego que tengo con Flor desde hace varios años, en el que la persigo y le hago cosquillas si llega a decir 'perro' o alguno de sus sinónimos (cachorro, pichicho) en el idioma que sea que lo diga.
Como ella es una nena muy viva, apenas he 'ganado' unas pocas veces, a pesar los esfuerzos que hago para hacerla 'pisar el palito'. Me siento como el Coyote de los dibujitos cada vez que elaboro complicados planes para hacerla decir la palabreja de marras y a ella le lleva dos segundos darse cuenta de mis intenciones.
Pero este día en particular, Flor se encontró sin salida. El libro que había traido de la escuela para leer en casa, no sólo tenía la palabra 'perro' en el título sino que también aparecía montones de veces durante la historia.
Uno por uno, Gaby y los chicos se excusaron de ser la persona a la que Flor le leería el cuento. Mortificada, la chiquita se dio cuenta de que todos esperaban que me leyera el libro a mí. Y eso fue lo que tuvo que hacer.
Me hizo prometer que no le iba a hacer cosquillas,porque 'ella tenía que decir la palabra porque era una cosa de la escuela'. Yo anuncié solemnemente que podía confiar en mí; yo jamás le haría eso...
A diferencia de otras veces, Florencia intentaba por todos los medios seguir leyendo, especialmente mientras yo la 'atacaba'... No podía entender su comportamiento, hasta que de golpe 'caí'.
Lo que Flor estaba haciendo era tratar de sacarse la palabra 'perro' de encima la mayor cantidad de veces posible mientras le hacía cosquillas. Cuanto más dijera, menos chances iba a tener yo de atacarla de nuevo!
Es 10 veces más inteligente que yo, qué quieren que les diga...
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