It was just a couple of days before Hallowe'en, and we were going out with Gaby and the kids. The day was cold and windy, so we decided to stay in the car and just drive around.
We went to a very exclusive neighbourhood in Kitchener called “Hidden Valley”, a very apt name for the place, because you can only get there by taking a small road that looks like it leads to a dump. :-)
The place is absolutely gorgeous, with lots of big and beautiful houses. They all had an incredible view of the Grand River Valley, and the colours of the fall were making them look even more beautiful. We drove around watching in awe, and soon we started to pay attention at the Hallowe'en decorations. Some were as sumptuous as the houses looked, but some were very small and to our surprise, most houses didn't have anything at all.
“They must not have kids”, me and Gaby guessed, and that was it. But Florencia was furious. We asked her why, and she replied to us with her seven year old logic:
- Look at these people! With all the money they have, you're gonna tell me they can afford those houses but they can't afford a pumpkin or two?
Esto ocurrió un par de días antes de Hallowe'en, y habíamos salido con Gaby y los chicos. El día estaba frío y ventoso, así que decidimos quedarnos en el auto y manejar por ahí.
Fuimos a un vecindario muy exclusivo en Kitchener que se llama “Hidden Valley” (“Valle escondido”), un nombre más que apropiado para ese lugar, ya que se accede a él tomando una pequeña calle que parecería que te lleva a un basurero municipal. :-)
El lugar es una maravilla, realmente, con enormes y hermosas casas. Todas tienen una vista increíble al valle del Río Grand, y los colores del otoño hacía al lugar aún más hermoso. Paseamos por esa zona observando las casas, y pronto comenzamos a prestar atención a las decoraciones de Hallowe'en. Algunas casas tenían decoraciones que hacían juego con su opulencia, otras eran más minimalistas, y para nuestra sorpresa, la mayoría no tenía nada.
“Tal vez no tengan chicos”, razonamos con Gaby, y eso fue todo. Pero Florencia estaba indirgnada. Le preguntamos qué le pasaba, y nos contestó con la avallasadora lógica de una nena de siete años:
- Mirá a esa gente! Con toda la plata que tiene, me vas a decir que pueden comprarse semejantes casas pero no les alcanza para comprarse una o dos calabazas?
She is absolutely right! If they don't want to do it themselves, they could pay someone to decorate their house for them. How about Flor? I bet she'd like the job. :)
ReplyDeleteQué ricoooooo!!! yo aún en Sherbrooke no encontré facturas mas que algunas medialunas, aunque algunas facturas de Tim Hortons se le parecen.
ReplyDeleteJua. Me comentaste en el post incorrecto, Ale! :-)
ReplyDeleteBuenisimooooooooo, tipica salida infantil, jajaja
ReplyDelete