Return to the soccer field

(En español más abajo)

 

Carolina had a soccer practice yesterday, and a good part of it was dedicated to a scrimmage between the girls and the coaches (along with a few parents who happened to be around). I was super-busy so I wasn't planning to stay, but when I saw them running around I quickly changed my mind. I ran to the field and went on to play against my own daughter.

 

The girls in Carolina's team like me because "I'm funny". That's probably 13-year-old girl's code for "You're embarrassing, but since you're not my father, I can laugh when you pretend to be funny". So we were soon engaged in a 'trash talk' war, and I have to say that I won that battle with phrases like "If you hear a sonic boom, that's me going past your defence at full speed".

 

I was horrible, of course, but I was pleasantly surprised by the fact that... I could actually make a couple of runs and kick the ball! I even had a chance at scoring, but my shot was perfectly stopped by the keeper... my daughter Carolina. The game ended 4-1 for the girls, but I claimed that we had won 3-2, citing goals that I had scored in the early 80's as part of that game. Nobody bought it.

 

At the end of the game we had a penalty kick practice so everybody took shots at Carolina's net. She was fantastic, allowing only 1 goal in the first 15 shots they took at her. She even stopped mine, a weak right shot to the middle of the net. I got revenge by scoring with my left on my second try, and I bragged about that all the way home!

 

It was fun to be on the field one more time; I can barely move my right leg today (a bad combination of age, weight and a broken hip), but it was worth it. It was an even better treat to spend some time playing with my daughter, though it would have been better if she hadn't done so much better than I did!

 

What bothered me the most was the number of times the girls kicked me in the shins. They apologized after the game, saying that it was very difficult to distinguish between me and the ball...

 

 

Carolina tuvo práctica de fútbol ayer, y buena parte de ella consistió en un 'picado' que las chicas jugaron contra los técnicos (ayudados por un puñado de padres y hermanos). Yo estaba bien ocupado y no pensaba qedarme, pero cuando las vi corriendo cambié de idea rápidamente. Corrí al campo de juego y pronto me anoté en el partido, jugando contra mi hija.

 

Las nenas del equipo de Carolina me aprecian porque 'soy divertido'. Eso es probablemente la forma en la que chicas de 13 años dicen 'Sos un papelón, pero como no sos mi padre yo me puedo reír sin culpas cuando intentás hacerte el gracioso'. Pronto me enfrasqué con algunas de las chicas en una batalla verbal, y debo decir que seguramente gané gracias a frases como 'si escuchás un estampido, ese fui yo rompiendo la barrera del sonido al pasar corriendo por delante tuyo'.

 

Jugué horriblemente, por supuesto, pero me sorprendí con el hecho de que... pude correr un poquito y pegarle a la pelota! Hasta tuve una buena chance de convertir, pero mi tiro fue descolgado fácilmente por la arquera... mi hija Carolina. El partido terminó 4-1 para las chicas, pero yo protesté diciendo que en realidad habíamos ganado 3-2, citando goles que yo había convertido allá por los 80's como si hubieran ocurrido en ese partido. Nadie me creyó.

 

Al final del partido practicamos penales, así que todos tuvieron su chance de patearle a Caro. Mi hija anduvo muy bien; sólo le hicieron un gol en los primeros 15 tiros. Hasta paró mi tiro, un derechazo muy débil al medio del arco. Tuve mi revancha al anotar con la izquierda en mi segundo intento, lo que me permitió fanfarronear todo el camino de vuelta a casa!

 

Estuvo bueno volver a jugar; apenas puedo mover mi pierna derecha hoy (una mala combinación de edad, peso y una cadera rota), pero valió la pena. Fue mucho mejor aún pasar un rato con mi hija, aunque hubiera sido mejor si ella no hubiese jugado tanto mejor que yo!

 

Hubo algo que me molestó, sin embargo, y es la cantidad de patadas que ligué por parte de las chicas. Ellas se disculparon luego del partido, diciendo que había sido muy difícil distinguir entre la pelota y yo...

 

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