There were all kinds of costumes, some incredibly creative: Ricky, one of our ‘oldest’ friends, showed up dressed as a smurf (his size was a visible advantage); he made a hat with a pillow case and then dressed with the mandatory white and blue. What he did to his face was incredibly… dumb: he used a mix of water and blue chalk, which he applied himself and it took several days for him to get rid of it. We used to joke that the see was turning more blue whenever he went swimming… His sister Alejandra went to the butcher’s and got a couple of fairly big cow bones. She cleaned them and used one of them for her ‘hairdo’, employing the other one as some kind of a weapon or utensil; with the help of a two-piece leopard skin dress, she became a very convincing cavewoman. Another impeccable (and very funny) costume was Cristian F’s, who was dressed like an 80’s punk, with ‘piercing’ and everything (done with paper clips!).
Fer F (a very hirsute lady) and Ricky (as a smurf) among other friends
Fer F (una señora muy peluda) y Ricky (el pitufo) entre otros amigos
There was a group who dressed like Romans and another group that was not that dressed up; Paul was among them, characterized as a ‘just vaccinated’ guy: all he had was a red dot on his left arm. There was a third group with funny, yet traditional costumes (my brother Guillermo was a clown, for example). Another guy really pushed the envelope and came dressed as… a tampon. And then there were some guys whose costumer were just ridiculous.
We were the ridiculous. There was three of us, actually.
Fernando M, Fernando F and I went dressed as… women. Fernando F looked really well, his hair and his glasses gave him a ‘woman in her 30’s, slightly intellectual’ look. But Fernando M and I were just plain grotesque. Fer wore a very short blue dress, huge glasses (a la Paris Hilton), lots of make up, and I was wearing a skirt and a pink shirt, a long blond wig and a transparent purse full of junk (I even had a hammer and some bug spray!).
My brother Guillermo, Ricky and Cristian
While everybody was having fun, me and the Fernandos went outside and started to pretend… that we were ‘working’ on the streets. Now seeing transvestites offering their services is now common in Buenos Aires, but I’m talking about 1986 and not Buenos Aires but a small city like Necochea. Oh, and let’s not forget this: we were very ugly transvestites. People driving by would stop, gave us a horrified look and then leave laughing, realizing that it was all a joke. Then a friend of my dad (Beto) drove by. He stopped and rolled down the window when he recognized me, then asked me laughing:
- What the hell are you doing, Gabriel???!!!
- Beto! I beg you… let me get into your car and then take me just around the corner… I’m dying to see the face of the other two when they think I’m taking my role way too seriously…
He wouldn’t do it (the coward!) but then I understood why: Nobody was going to say anything to me but… what if somebody recognized him? :-)
We were having a fantastic time, so it wasn’t no surprise when we decided to take the party to the beach a couple hours later. So at around 11 PM, we got in the cars and left for the crowded touristic area. There, while everybody was walking down the pedestrian street (83th), both Fernandos and I stayed ‘working’ on the very busy 2nd Avenue (just by the sea). Too good we were very ugly, because we could have gotten ourselves into trouble. We had a great time, and the proof is that many years later, we still remember that party and continue talking about it.
Making our living on a Saturday night – Ganándonos el pan un sábado por la noche
Not long ago, just after having reconnected with Fernando M after more than 20 years (thanks to Facebook), he told me a beautiful story that I had forgotten about, but that I love because it depicts me and my little fear of ridicule very accurately. It seems that a car approached us while we were working, and there were three couples there, who decided to spend some time making fun of us. Taking advantage of the fact that they had rolled down the window, I got closer and said to the girls, with a very confusing voice and a body language:
- You go take a walk and look at the store, anti-aesthetic women, while we entertain your men…
Los disfraces fueron variados e increíblemente creativos en algunos casos: Ricky, uno de nuestros más 'viejos' amigos, se disfrazó de pitufo (sin dudas ayudado por su tamaño); se hizo un gorro con una almohada y se vistió con los obligatorios blanco y azul. Lo increíble fue lo que hizo con su cara: para pintársela utilizó una mezcla de agua con tiza azul, que tardó varios días en poder sacarse de encima. Solíamos bromear que el mar se ponía más celeste cuando el se metía al agua... Su hermana Alejandra fue hasta la carnicería del barrio y consiguió un par de huesos de vaca bien grandes. Los limpió y con uno se hizo un peinado, y usando el otro como arma o utensilio y con la ayuda de un vestido de dos piezas de leopardo, se convirtió en una cavernícola perfecta. Otro disfraz impecable y muy divertido fue el de Cristian F, disfrazado de punk, con piercing y todo (hecho con clips para el papel!).
Cristian F, Ale y Juan – El disfraz de Cristian aún ‘me mata’
Hubo un grupo que se vistió de romanos y otro grupo que se disfrazó sobriamente, entre ellos sobresalía Paul, que estaba ‘disfrazado’ de ‘recién vacunado’: todo lo que tenía era un punto rojo en su brazo izquierdo. Había otro grupo que tenía disfraces divertidos (mi hermano Guillermo estaba vestido de payaso, por ejemplo). Otro chico (Cristian D) se animó un poco más y fue disfrazado de… tampón. Y después estaban los ridículos.
Estábamos los ridículos. Y éramos tres.
Fernando M, Fernando F y yo fuimos disfrazados de mujeres. Fernando F estaba muy bien, su peinado y sus anteojos le daban un aire a ‘mujer de 30 y tantos un poquito intelectual’. Pero lo de Fernando M y yo era directamente grotesco. Fer tenía un vestido azul corto, anteojos enormes y mucho maquillaje, y yo estaba de pollera y remerita rosa, peluca larga rubia, pañuelo en la cabeza y una cartera transparente llena de porquerías (hasta un martillo y un insecticida había puesto!).
Yo estaba tan horrible como ellos, pero no hay foros mías! :-(
Mientras todos se divertían, con ambos Fernandos salimos a la calle y empezamos a… pretender que estábamos ‘trabajando’. Ver travestis en la calle ahora es absolutamente normal en Argentina, pero no lo era para nada en el año 1986, y mucho menos en un pueblo como Necochea (y travestis tan feos!). La gente paraba, miraba escandalizada y después seguía muerta de risa, dándose cuenta de que era todo una broma. En eso pasó un amigo de mi papá, Beto. Paró y bajó el vidrio al reconocerme, preguntándome muerto de risa:
- Qué cornos estás haciendo, Gabriel??!!!
- Beto! Te pido por favor… dejame subirme al auto y llevame a dar una vuelta a la manzana… me muero de pensar en las caras que estos otros dos pondrían al pensar que me tomé mi rol demasiado en serio…
El cobarde no se animó, pero claro después entendí: nadie me iba a decir nada a mí, pero… y si alguien lo reconocía a el? :-)
La estábamos pasando realmente de maravilla, y un par de horas despué decidimos llevar la fiesta a la playa. A eso de las 11 de la noche, nos subimos a los autos y salimos para donde estaba el ‘ruido’. Allí, mientras todos se iban a caminar por la calle peatonal 83, los Fernandos y yo nos quedamos ‘trabajando’ en la concurridísima Avenida 2 (frente al mar). Menos mal que éramos muy feos, porque ahí sí que podríamos habernos metido en problemas! La pasamos realmente genial, y la prueba es que muchos, muchos años después continuamos hablando de esta fecha.
No hace mucho, luego de haberme reconectado con Fernando M luego de más de 20 años a través de Facebook, éste me contó una anécdota deliciosa que yo había olvidado, pero que me encanta porque me pinta a mí y mi escaso miedo al ridículo de cuerpo entero. Parece ser que se aproximó un auto en cuyo interior viajaban tres parejitas y al vernos se detuvieron a burlarse un poco de nosotros. Aprovechando que habían bajado la ventanilla, yo me acerqué al auto y dirigiéndome a las chicas, les dije muy ‘suelta’ de cuerpo y con una voz y un lenguaje corporal de lo más equívoco:
- Ustedes váyanse a caminar por ahí y mirar vidrieras, guasas antiestéticas, que a los hombres los entretenemos nosotras…
No comments:
Post a Comment
Please leave a message after the beep