It wasn't only that I was shy around girls, I also was definitely awkward. Other than greeting them and an occasional funny remark (at least I thought they were funny!) I wouldn't speak to them much. There were a few exceptions, of course; some girls in our group of friends with whom I got so close I could finally relax and be me. And luckily for me, they were OK with that.
It was a self-esteem problem, of course. For years, I thought I wasn't worth having any friends and behaved accordingly. My friend Andrea once said to me: 'You know, if you're always putting yourself down, you're making things easier for the others', and she was right, of course. But I still would not believe that somebody could genuinely like me, even as a friend, especially if it was a girl.
Then this happened. I was on the bus, coming back from the beach with my friend Mauge. She is about a year or two younger than me, very pretty and more importantly, a great girl. We were very good friends back then, so she probably thought nothing of it when she casually held my hand as we were sitting way in the back row of the bus.
But I did.
As obvious as it would be to anybody that it wasn't anything but a friendly gesture, I just didn't know how to react. Nobody had ever held hands with me before! For lack of a better reaction, I just froze. 'Try to act normal', I probably said to myself but... How do you 'act' normal?
I just stayed there, frozen. I guess Mauge probably thought I was dead! :-)
I don't remember how much that lasted, probably a minute or so. It doesn't really matter. That was one of the first times in my life in which I actually felt somebody cared about me as a friend. And it felt great.
Most people don’t even know how an isolated action can affect other people’s lives. I hope Mauge finds out today how she affected mine.
Picture from Confutata
No era solamente que fuera tímido con las chicas, sino que también me sentía incómodo. Más que saludarlas y hacer algún comentario gracioso por ahí (OK, al menos yo pensaba que eran graciosos!) yo no les hablaba mucho. Hubo algunas excepciones, por supuesto; algunas de las chicas de nuestro grupo de amigos, con quien llegué a ser tan buenos amigos que pude finalmente relajarme y ser más auténtico. Por suerte para mí, esa faceta de mi personalidad les agradó.
Era un problema de autoestima, por supuesto. Por años sentí que no era digno de tener amigos, y me comportaba de acuerdo con esa teoría, haciendo de felpudo de cada uno. Mi amiga Andrea una vez me dijo: 'Sabés, les hacés más fácil las cosas a los que te caminan por encima, porque vivís bajándoles la espalda’ y tenía razón, como siempre. Pero de todos modos yo no podía concebir que alguien pudiera considerarme seriamente como un buen amigo, en especial si era una chica.
Hasta que esto pasó. Iba en el colectivo, volviendo de la playa junto a mi amiga Mauge. Ella tiene un par de años menos que yo, es muy bonita y sobre todo, es una gran chica. Eramos muy buenos amigos por entonces, así que ella probablemente ni pensó que fuera la gran cosa cuando me dio casualmente la mano mientras estábamos sentados en el asiento trasero del bus.
Pero yo sí lo pensé.
Obvio como era (hasta para mí) que no era más que un gesto amistoso, yo no supe cómo reaccionar. Nadie me había dado la mano antes! Por falta de mejor reacción, simplemente me congelé. ‘Tratá de actuar normalmente’, me debo haber dicho, pero… cómo se ‘actúa’ normalmente?
Por lo tanto me quedé donde estaba, petrificado. Mauge debe haber pensado que estaba muerto! :-)
No recuerdo cuánto duró ese momento, probablemente menos de un minuto. No importa. Fue una de las primeras veces en mi vida en la que sentí que alguien me quería lo suficiente como para considerarme un amigo. Y me sentí genial.
No comments:
Post a Comment
Please leave a message after the beep