(En español más abajo)
06/Mar/2010 – Florencia (6)
I was lying on my couch when Florencia came over saying that she had a game she wanted to play with me. She had made one of those ‘cootie catchers’ at school, and wanted to try it out with her dad. I was more than happy to help, of course…
I had to pick a colour first, and I went for ‘purple’ because it’s both Florencia’s and my favourite. Then I chose a number (3) and then it was time for me to ask my question. I thought it carefully and then said:
- Is Florencia going to give me a kiss?
Luckily for me “3” meant “yes”, because I got a kiss right away. The second number I chose (6) actually meant “no” (she had other answers too). I don’t remember the second question I asked, but suddenly I realized I had all the information I needed.
And evil Dad kicked in…
For the rest five minutes or so, an until she figured it out, I kept picking either “3” or “6” and then ask a wrong question. For example:
- Are you going to kick me in the butt? (and Florencia’s answer would be ‘yes’)
- Do you really, really love me? (of course, after having picked the number 6)
Florencia would refuse to answer!!! :-) But she wasn’t getting sad or frustrated, her reaction was more in the lines of “I cannot believe how unlucky this guy is!”.
Finally, and after a couple more tries, she figured it out and the ‘cootie catcher’ game quickly turned into our tickling wars…
06/Mar/2010 – Florencia (6)
Estaba yo desparramado en mi sillón cuando Florencia vino a decirme que tenía un juego para hacer conmigo. Se había hecho un ‘cootie catcher’ en la escuela, y lo quería probar conmigo. Yo estuve más que dispuesto a ayudar, por supuesto. Cómo le decíamos a estos papelitos en Argentina, alguien me puede ayudar?
Tenía que elegir un color primero, y mi opción fue ‘violeta’ porque es el color favorito de los dos. Luego elegí un número (3) y formulé mi pregunta. Pensé cuidadosamente y arriesgué:
- Hay chances de que Florencia me de un beso?
Por suerte para mí, “3” era “sí”, así que enseguida recibí lo que quería. El segundo número que elegí, el seis, significaba “no”, (ella tenía otras respuestas también). No recuerdo cuál fue mi segunda pregunta, pero pronto caí en la cuenta de que tenía toda la información que necesitaba.
Era hora de que el padre maligno entrara en acción…
Por los siguientes cinco minutos y hasta que ella se dio cuenta, seguí eligiendo ya sea el tres o el seis, y siempre haciendo la pregunta incorrecta. Por ejemplo:
- Me vas a pegar una patada en el c**o? (y la respuesta de Flor debiera ser ‘sí’)
- Me querés mucho, mucho, mucho? (por supuesto, cada vez que elegía el seis)
Florencia se rehusaba a contestar!! :-) Pero no parecía triste ni frustrada, su reacción era más del tipo “No se puede creer la mala suerte de este hombre!”.
Finalmente, y luego de un par de intentos más, se dio cuenta de que la estaba bromeando y el juego de ‘cootie catcher’ pronto devino en una guerra de cosquillas…
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