Live from Waterloo is on holidays! We’ll be back on August 5th
I have mentioned this several times, but just in case: In the seven seasons Santi has been playing soccer, he has never missed a game. We have made unbelievable efforts (like travelling for 300 km just for a game), but he always made it. It’s become an honour thing…
The guy is a little concerned these days because he has already received two yellow cards this season (both for not being able to shut his trap); should he be given a third, he would automatically miss a game. Needless to say, he’s been behaving like an English gentleman in the last few games.
As I have also mentioned, Santi played a few games –and a tournament– for the city’s other team, the Warriors. In order for him to be included in the roster list, the coaches asked me a little pink book that contains Santi’s picture and all the information about the different leagues in which he has been playing throughout the years (some sort of a player’s résumé). These books are normally requested and checked before every game, to make sure that nobody is using players that are ineligible or not in the right age group (looks incredible, but it happens often).
The thing is that I forgot to ask for the book after that tournament he won, so Santi played the next game without a book (thankfully, books are very rarely requested at our level). Before the next game, he reminded me to go and pick it up, which I did… only that I never told him. So we went to the neighbouring town of Stratford and Santi was convinced that if the coaches of the other team asked for the books, he wouldn’t have been able to play.
What did I do? The obvious: I conspired with the other team’s coaches so they would come to check for books, making sure they did see I had Santi’s. The idea was to watch Santi’s face as he started to realize that his streak would be broken because of me. I also made sure I told the other coaches of my own team, so they wouldn’t find the request of checking books too odd. It was all set for a really nice prank.
But that @#%$$#$ referee took forever to show up! So much, that both coaching teams ended sending the kids to the field and we could not proceed with the fake ceremony of checking the books. “It’s OK, we can do it the next game”, Steve (our head coach) suggested, but it couldn’t be, as Santi played for the Warriors once again (three times, in fact) last weekend, so I needed to produce the book…
OK, this one might have failed badly, but you must agree, it would have had been a good one! I’m still Evil Dad, even in defeat.
Lo he mencionado varias veces antes, pero por las dudas: En siete temporadas que Santi lleva jugando al futbol, jamás se ha perdido un partido. Hemos recorrido distancias inverosímiles (más de 300 km, alguna vez) pero él siempre estuvo. Es una cuestión de honor, a esta altura…
El tipo anda medio preocupado porque ya tiene dos tarjetas amarillas en lo que va de esta temporada (las dos por no saber cuándo callarse la boca), y sólo le hace falta otra más para quedar automáticamente suspendido por un partido. De más está decir, en los últimos partidos se ha comportado como un señorito inglés.
Como también conté, Santi jugó un torneo junto con el otro equipo de la ciudad, los Warriors, en el que salieron campeones. Para poder ser incluído en la lista de buena fe, los técnicos del otro equipo me pidieron un librito rosa que contiene la foto de Santi y toda la información de las ligas en las que ha jugado (algo así como un currículum deportivo). Esos libritos se piden normalmente antes de cada partido, para chequear que ningún equipo utiliza jugadores inelegibles, suspendidos o de otra edad (parece mentira, pero pasa seguido).
El asunto es que yo me olvidé de pedir que me devolvieran el libro después del torneo, por lo que Santi jugó sin su ‘book’ el siguiente partido para nuestro equipo (por suerte en nuestra categoría casi nunca los piden). Para el siguiente partido, Santi me recordó que lo fuera a buscar, cosa que hice… pero sin decirle a él. Así fue que llegamos a la ciudad de Stratford con Santi convencido de que si los coaches del otro equipo pedían los libros, el se quedaba sin jugar.
Que hice yo? Lo obvio: me confabulé con los coaches del equipo contrario para que esta vez sí vinieran a pedir los libros, sólo para ver la cara de pánico de Santiago. También le avisé de mis planes a los otros coaches de nuestro equipo, para que no les extrañara el pedido. Todo estaba preparado para una muy buena broma.
Pero el pesado del referí tardó como una hora en aparecer, así que ambos coaches terminamos enviando a los chicos al campo y no pudimos hacer la falsa ceremonia de chequear los libritos. “Y bueno, lo hacemos en el próximo partido”, sugirió Steve (el coach principal de nuestro equipo), pero no pudo ser, porque el técnico de los Warriors necesitaba el book de Santi otra vez el fin de semana pasado para los partidos que tuvo en Sault Ste Marie.
Fallé en mi intento, pero convengamos que si hubiese salido bien habría sido una buena broma, che. Sigo siendo un Padre Malvado, incluso en la derrota.
Hola!!!!!!!!!!
ReplyDeleteTe descubrí por Mike, me gusta tu blog, ¿de donde sos???
Yo de Pehuajó como MIKE; jijijiji un gusto.
Un abrazo de oso.
Vos segui asi, Willy, que un buen dia se van a juntar lo cuatro y te van a hacer la jodita del siglo, je, je. Ahora, me pregunto a quien habra salido este muchacho en eso de no callarse la boca, ja, ja
ReplyDeleteSaludos.
Yes you are still evil. Good try, better luck next time.
ReplyDelete"Live From Waterloo" has been included in this weeks Sites To See. I hope you like the image I featured, and I hope this helps to attract many new visitors here.
ReplyDeletehttp://asthecrackerheadcrumbles.blogspot.com/2009/07/sites-to-see_31.html
JAJAJAJAJJAJAJA te hubiera quedado bueniiiisima!!
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