Silly Monkey Stories #53 - Just one goal

 

I published a couple of pictures of Florencia playing soccer on Sunday, which are from her game last Saturday. It was her second to last game, and unfortunately (due to my travelling) it was just the second I could attend. “At least I will be able to enjoy this one”, I thought, and brought the camera along, hoping to take good pictures of my little angel in action.

 

 

Florcita didn’t let me down, because she worked really hard during the practice (in spite of the hot weather) and then did a great job during the game that took place in the final half an hour. It was a pleasure to watch her run around. She played really well in the attack (scoring two goals, one of which I captured), but she definitely shone in defense. Every time the opponents gained control of the ball, Florencia would make a run to go and protect her own net and then, with a great sense of timing, eventually cleared the ball. I was impressed with her commitment to the team, but I soon started to suspect that the problem was that she didn’t like the idea of the other team scoring on ‘her’ at all… it even looked like it was more important for her to preserve the zero on her side than to score on the other.

 

Eventually, and with the game already 5-0, the other team scored. My little angel didn’t like this at all, of course. She went to get the ball from the net, and crossed paths with the girl who had scored the goal, who was still celebrating. Then she told her, with an expression of supreme hate and disdain that really took me by surprise:

 

- So what? This is just one goal, and we scored like five already!

 

Isn’t she adorable?

 

 

 

El domingo publiqué un par de fotos de Florencia jugando al fútbol, que son del sábado pasado. Era su penúltimo partido, y desafortunadamente (debido a mis viajes) fue apenas el segundo que yo pude ver. “Al menos me voy a sacar el gusto”, pensé, y me llevé la cámara conmigo, esperando poder tomar buenas fotos de mi angelito en acción.

 

 

Florcita no me defraudó, porque trabajó mucho durante la práctica (a pesar del calor) y jugó muy bien en la media hora final. Era un gusto verla correr de un lado para el otro. Atacó muy bien (hizo dos goles, uno de los cuales capturé) pero se lució especialmente como una muy buena defensora. Cada vez que el equipo rival obtenía la pelota, Florencia salía disparada a cubrir su arco, y midiendo el tiempo con precisión, eventualmente rechazaba la pelota. Me impresionó qué tan comprometida con su equipo estaba, pero enseguida comencé a sospechar que no le gustaba nada la idea de que ‘le’ hicieran un gol… hasta parecía que preservar el cero en su arco era más importante para ella que anotar en el otro.

 

Eventualmente, y con el partido ya 5-0, el equipo rival anotó. No le gustó nada a mi angelito, por supuesto. Fue a recoger la pelota dentro del arco, y se cruzó al salir con la nena que había convertido, quien aún festejaba su gol. Entonces le dijo, con una cara de odio y desdén supremo que me sorprendió:

 

- Y qué? Este es sólo tu primer gol, y nosotras ya hicimos como cinco!

 

No es adorable?

 

 

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