Live from Waterloo: Silly Monkey Stories #38

15/Mar/2009 – Florencia (5)

I have written about this several times. Me and Florencia have had this game going on for almost two years now, in which I will chase her and tickle her if she says the words “dog”, “puppies” or their equivalent in Spanish (“perro” and “cachorrito”). She was only 3 when we started and me and Gaby have always been impressed at how well she manages to avoid saying them, especially since I’m trying 24/7 to trick her into uttering those words…

But yesterday… we were in the family room, watching a Argentine League soccer game (Velez – River, what a great game!) with the kids; Santi was sitting (well, that’s an understatement) on a chair, Carolina was playing with her brand new Nintendo DS, and me and Juan were lying on a little mattress we like to put on the floor. Without a warning, I started tickling Juan, who started laughing out loud. This of course caught the attention of the little one, who came to see what was going on, finding me and Juan wrestling on the floor.

I don’t know what went through her mind, but somehow she decided she wanted to join in the fun, because she came closer and whispered in my ear:

- Perro

I immediately stopped and asked “What???”, unable to believe my ears. And she went for it again, this time loud enough for me to realize she wasn’t kidding:

- Perro, perro, perro, perro, perro…

Of course we moved from a singles match to a ‘triple threat’ almost immediately. And she continued saying either ‘perro’ or ‘dog’ until she decided she had had enough, then went back to her previous ways.

I felt somewhat used, you know? Now she knows exactly what to say when she wants to wrestle me!!! :-)

Santi demands credit for having reminded me of something that happened about 12 hours before I wrote it, so here it is. Go visit his abandoned blog, or even better, subscribe to his undecipherable Youtube videos.

15/Mar/2009 – Florencia (5)

Ya he escrito sobre esto muchísimas veces. Florencia y yo tenemos un juego que hemos jugado por como dos años, en el que yo la voy a correr y hacerle cosquillas cada vez que diga las palabras “perro” o “cachorrito” o sus equivalentes en inglés (“dog” y “puppy”). Ella tenía sólo tres años cuando empezamos, y Gaby y yo siempre hemos estado muy impresionados con lo bien que se las arregla para evitar decir esas palabras, especialmente teniendo en cuenta que yo me paso el día tratando de hacerla caer en mis trampas…

Pero ayer… estábamos en el family room, mirando un partido de la Primera División de Argentina (Vélez – River, qué buen partido!) con los chicos; Santi estaba sentado (bueno, eso es una forma de decir, digamos mejor ‘despatarrado’) en una silla, Carolina jugaba con su nuevo Nintendo DS y Juan y yo estábamos tirados en un colchoncito que tenemos en el piso. De golpe, y sin decir ‘agua va’, lo agarré al Juancho y le empecé a hacer cosquillas, lo que lo hizo revolverse riéndose a los gritos. Esto por supuesto llamó la atención de la chiquita, que vino a ver qué estaba pasando, sólo para encontrarnos a Juan y yo luchando en el piso.

No sé que habrá pasado por su cabecita, pero se ve que quería ser parte de la acción, porque se me acercó y me susurró al oído:

- Perro

Me detuve inmediatamente y pregunté “Queeeeé???”, sin poder creer lo que escuchaba. Y ella repitió, bien clarito, dejando pocas dudas de que no estaba bromeando:

- Perro, perro, perro, perro, perro…

Por supuesto, pasamos enseguida de un match de singles a uno de los ‘triple threat’. Y ella continuó diciendo ‘perro’ o ‘dog’ hasta que decidió que ya había luchado lo suficiente; entonces volvió a su conducta anterior.

Yo me sentí usado, saben? Se ve que la chiquita sabe exactamente qué tiene que decir cuando quiere luchar conmigo!!! :-)

Santi demanda el crédito por haberme hecho acordar de algo que pasó 12 horas antes de que lo escribiera, así que aquí tienen. Vayan a visitar su blog casi abandonado, o mejor aún, suscríbanse a sus indescifrables videos de Youtube.

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