My grandmother Haydée was a great cook, and her specialty were cakes and cookies. She would spend the whole afternoon preparing some sweet delicacies while the five vultures (me, my two brothers and two cousins) were flying around. There was no way we could touch anything before it was all ready, because she liked to count how many of each of her treats she had prepared; then she would spend the next few days retelling "I made 142 pancakes" or "I baked 189 doughnuts" (yes, the numbers are right!). Those pancakes or doughnuts, however, would rarely make it through their second day of 'life'.
We had a few favourites, things that we would always ask her to cook. The first place, without a doubt, would go to the 'American doughnuts', which were just fantastic. Then, in no particular order, we would find her pancakes (I hold the family's record with 18 in one night), empanadas filled with sweet potato jam (my record, 11), and some dry anise-flavoured cookies which we called "eights" because they vaguely resembled that number. These last ones would last forever once we put them in a jar.
Image from www.breakfast-and-lunch-recipes.com
Watching her bake was very interesting. I remember she would make a mountain of flour and baking powder, and then drop the eggs, melted butter, etc in the centre. She would cook on top of her marbled counter top and would not use any recipes or measures; everything was 'by eye'. We loved to help her, but our chances of getting there were limited.
The doughnuts were just fantastic, as I said, and something I never thought I would enjoy again once she grew old and became unable to cook like that anymore. Until I came to Canada...
I was alone, a couple of weeks after having arrived in Toronto, living in a Motel 6 in Mississauga. There was a Tim Hortons / Wendy's right next door, so I would go there almost every day for either breakfast or late night snack (my room had a kitchen, so there was no need of having lunch or dinner out). One day, I ordered a 'double double' with a couple of old fashioned plain donuts. To my extreme surprise, I realized that they tasted the same than those my grandmother used to make! I couldn't believe my... taste buds. I thought I was fooling myself.
Then my brother Guillermo came and certified that I was right. And a couple years later, mi mother and mi brothers Martín and Paco agreed as well. I wasn't going crazy.
Pancakes and empanadas are not a problem, Gaby takes care of those. I will never get to taste those anise-flavoured 'ochos' again, but I surely remember those days at my grandmother's every time I go to Tim's and buy some old-fashioned plain donuts. A little piece of my childhood made it to here.
Mi abuela Haydée era una gran cocinera, y su especialidad eran las tortas y galletitas ('masitas', decimos en Argentina). Se pasaba tardes enteras en la cocina, preparando esas cosas deliciosas, mientras los cinco buitres (mis primos, mis hermanos y yo) revoloteábamos alrededor. No había forma de que pudiésemos tocar algo antes de que todo estuviera listo, porque a mi abuela le gustaba contar cuántas de cada una de los cosas que cocinaba había preparado; después pasaría los días contando que "hice 142 panqueques" o "cociné 189 roscas" (sí, los números son reales!). Esos panqueques o roscas, sin embargo, rara vez pasaban del segundo día de 'vida'.
Nosotros teníamos comidas favoritas, cosas que siempre le pedíamos que nos cocinara. El primer puesto, sin dudas, le correspondía a las 'tortas redondas' (rosquillas tipo americanas), que eran simplemente fantásticas. Luego, sin orden en particular, quedaban los panqueques (yo tengo el record familiar con 18 comidos en una noche), empanadas rellenas con dulce de batata (mi record son 11) y unas galletitas secas con sabor a anís a las que llamábamos "ochos" porque tenían una forma que recordaba vagamente a ese número. Estas útimas duraban 'para siempre' una vez que las poníamos en una lata.
Image from www.dkimages.com
Era interesante observar cómo cocinaba. Recuerdo que hacía una montaña de harina y polvo de hornear, y luego ponía los huevos, manteca derretida, etc en el centro. Cocinaba siempre sobre su mesada de mármol, y no usaba ninguna receta o medidas; todo era 'a ojo'. Nos encantaba ayudarla, pero nuestras chances de tener acceso eran más bien limitadas.
Sus doughnuts eran fantásticas, como dije, y algo que pensé que nunca iba a poder volver a probar una vez que mi abuela se puso muy viejita como para seguir cocinando como lo hacía antes. Todo esto hasta que llegué a Canadá...
Yo estaba aún solo, un par de semanas después de haber llegado a Toronto, viviendo en un Motel 6 de Mississauga. Había un Tim Hortons / Wendy's justo al lado, al que iba casi todos los días a desayunar o buscarme un bocado bien tarde por la noche (mi habitación tenía una cocina, así que no necesitaba almorzar o cenar afuera). Un día, me pedí un 'double double' con un par de 'old fashioned plain donuts'. Para mi gran sorpresa, descubrí que tenían exactamente el mismo sabor que las 'tortas redondas' que hacía mi abuela! No podía creer mis... papilas gustativas. Pensé que me estaba engañando a mí mismo.
Pero al tiempo vino mi hermano Guillermo y verificó que estaba en lo cierto. Y un par de años más tarde, mi madre y mis hermanos Paco y Martín coincidieron conmigo también. No me estaba volviendo loco.
Conseguir panqueques o empanadas no es problema, Gaby se ocupa de eso. Sé que nunca volveré a comer esos 'ochos' con sabor a anís, pero bien que recuerdo esos días en casa de mi abuela cada vez que voy a Tim's y compro un par de old-fashioned plain donuts. Un pedazo de mi niñez que de alguna manera me acompañó hasta aquí.
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Love how you recall moments with your Abuela...that is how I call my Grandma, mother side too!
ReplyDeleteI'm not a fan of doughnuts but I love empanada!
Qué torturaaaaaaa para los que hacemos el desafío Tulip!!
ReplyDeletefelicitaciones por el premio.
ale
Gracias, Ale!
ReplyDeleteAbuela is how we called her too... I have more stories about my Grandma, the next one is hilarious!
ReplyDeleteI'd say she knew them by heart
ReplyDelete:)
Mi Oma (era alemana, así que la regla obligaba) era especialista en guisos, así que no tengo chances de volver a encontrarlos... :( buuu
Oh you lucky guy you...so happy you have such fond memories of your grandmother.
ReplyDeleteGlad Timmies has such yummy doughnuts too...i'm a big fan! lol and my mother loves their old fashioned plain doughnuts too.
Could go for a double-double right now...a nice cold Starbucks Frappucino will have to do (it's what i have on hand)
Hmmmm.. donas..... ahhhhhh...
ReplyDeleteMe hiciste recordar los sabores de mi infancia.
Mi abuela paterna hacia unas amazing milanesas. Yo me devoraba como 10, no miento...
Mi abuela materna, en cambio, cocinaba unas comidas regionales que eran espectaculares. Ella vivia en Jujuy y los veranos viajabamos alla a pasar el Año Nuevo. A veces Navidad.
Obviamente habia de todo, pero lo que mas recuerdo es a mi abuela cocinando esas comidas tipicas del norte que nunca supe como se llamaban y que jamas volvi a comer.
Paola, qué rico un guiso!!! Por suerte tenemos ese chili que hicimos con Juan (nos queda bastante todavía en el freezer).
ReplyDeleteMike, tenés razón, las cosas que comí cuando estuve en el norte eran fantásticas, pero nunca más las vi...
jAMiE, I could totally go for a frappucino (or an Iced Cap). I don't care is -10C and it's snowing like crazy in here. I'm so happy for you today! :-)
Esas donas se ven deliciosas, tu abuelita debe ser una experta. Que suerte tienes :-)
ReplyDeletePoemas, las donas de las fotos no son las de mi abuela (como verás en los epígrafes de las mismas).
ReplyDeleteMi abuela era una experta, eso es verdad. El problema es que la mayoría de sus recetas estaban en su cabeza. Con su muerte, se perdieron todas.